Si Dios hace nueva tu vida en Cristo, Dios también trata con tu pasado, ya no puede seguir pensando que estas bajo maldiciones y todas las cosas que te atormentaron deben ir siendo superadas con una mente renovada y por la nueva vida en Cristo. Conozca y crea en las promesas de Dios, porque eso ha tomado lugar en usted, porque su vida ya está en comunión con Dios y ahí va a disfrutar de todas las bendiciones eternas y para cada día.
«No deje que lo amargo del pasado le impida disfrutar su presente en Cristo, porque por su obra en la cruz para salvarle, usted puede tener una vida espiritualmente satisfecha y en gozo. Viva cada momento dependiendo de Dios, para que con su fortaleza espiritual y con la sabiduría divina vaya tratando con su pasado el cual debe quedar efectivamente, en el pasado.»
Dios no remienda nada viejo, Dios hace todo nuevo, lo cual significa que su vida ha sido perdonada de sus pecados, libre de maldición y condenación y ahora es solo para la gloria de Dios. Tenga en cuenta que Dios quiere hacer lo mejor en usted, quiere hacer esa mejor versión de usted para gloria de su santo nombre, pero Dios también con usted quiere llevar a cabo planes y propósitos, por eso en esta nueva vida, usted fue creado y creada para servir a Dios.
Todos necesitamos el milagro de la transformación y todos debemos ser consientes que este proceso se da desde el momento en el que recibimos el perdón de nuestros pecados al creer en Cristo, al recibirlo en nuestras vidas y al confiar totalmente en su sacrificio por nosotros en la cruz. El proceso de transformación dura toda la vida y se consumará en el día de la segunda venida de Cristo.
No cometamos el error al pensar que nosotros podemos cambiar con nuestros propios recursos, ni pensemos que es imposible que se logre la renovación en nuestras vidas ya que nuestras maldades son muchas. Dios es el único que puede cambiar nuestra vida y su obra será completada en nosotros hasta que seamos perfectos en Cristo.