En esta vida no podemos escapar de las tribulaciones, estamos en un entorno caído y que se opone permanentemente a Dios, satanás nos asecha, nosotros mismos en ocasiones cerramos nuestro corazón al bien y, además, el sistema de este mundo nos envuelve para ser amigos o nos confronta como enemigos. Pero a pasar de estas dificultades podemos estar bien porque Dios nos acompaña siempre.
«Tengamos presente que el favor de Dios es también en el sentido de nuestro crecimiento, por eso hará o permitirá todas las cosas que nos hagan bien. Las tribulaciones, el pasar por sendas tenebrosas y escalar montes muy altos, aunque nos hacen estar un poco fatigados y dudosos de lograrlo, en realidad, nos ayudan para buscar la fortaleza de Dios, a depender más de su gracia y a reposar en él.»
Dios siempre respaldará todos sus propósitos y voluntad en nuestras vidas, por eso no debemos temer cuando las cosas que vivimos sean difíciles y cuando parece que todo está perdido. Dios es poderoso para protegernos en todo momento y su amor es tal que nunca dejará que el mal nos destruya o que las tribulaciones mengüen nuestra fe, pues lo que él busca es que tengamos mas fe y disfrutamos más la comunión con él.
Dios ampara nuestras vidas cuando andamos viviendo en sus propósitos y servimos para su causa, aunque en realidad, todas las cosas dispuestas en la voluntad de Dios nos hacen bien. Lo que Dios demanda es para vida eterna y gozo en este mundo, nunca Dios dependerá de nosotros, pero nosotros si dependemos de él, por eso de manera gustosa debemos vivir para su gloria, seguros de que en todo momento y de manera inmediata nos defenderá ante cualquier tribulación.